Venus guardó silencio por un largo momento. Orbes azules de luz circundaban la figura que Jonathan había manifestado.
—Impresionante amenaza... debería aplaudirte por ello —comentó.
—Pero justo ahora, se me ocurrió una nueva posibilidad —declaró Venus con frialdad—. ¿Es esto otro engaño? ¿Un guion que tú y Moss idearon? Fácilmente podrías haberlo preparado y montado todo este acto. Me amenazas y Moss finge estar despistado, pero en realidad, yo sería al que están jugando.
—Piensa lo que quieras —Jonathan se mantuvo calmado y compuesto—. Si de verdad lo crees, entonces ignora mi amenaza. Adelante, mata a los de mi especie.
Después de eso, apuesta a si mi amenaza es un farol y si te expondré. Si ganas la apuesta, genial, podrás seguir viviendo. Si no, serás borrado por la Federación. ¿Te atreves a apostar tu vida a que mis palabras son una mentira, Venus?
Jonathan también se burló.
—No te atreves.