—Lo siento…
Con los hombros encorvados, observaba cómo el cuerpo de Esme yacía en la cama donde la había colocado. Su delicado cuerpo mostraba una fragilidad que casi le hacía sentir lástima por ella.
A pesar de sus propias desafortunadas circunstancias, no podía evitar sentirse aún peor por Esme.
—No… ¿realmente siento lástima por ella, o por mí mismo?
En ese momento, Rey podía sentir cómo las emociones dentro de él surgían a un ritmo terrible. Las había reprimido durante tanto tiempo que sus efectos acumulados empezaban a perturbar su mente.
Incapaz de resistirse más, cayó de rodillas y lo soltó todo de una vez.
—¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! —gritando con todas sus fuerzas, tenía lágrimas cayendo por sus ojos mientras su cuerpo entero temblaba.
Se sentía mal—muy mal.