—Está bien. Si algo sale mal, todavía tenemos a Beel para acompañarlo. Puedes estar tranquila —susurró Leviatán en tono bajo cuando el sirviente se fue a verificar sobre la dama que aún no había llegado para anunciar su llegada.
Pero el problema era que Elisa no estaba del todo segura de cómo describir la relación entre Hallow y Belcebú. A menudo peleaban y discrepaban el uno con el otro, pero sabía que ambos eran adultos, a pesar de la apariencia inmadura de Hallow, y podrían mantener su comportamiento durante un momento tan crítico.
—¡Todos y cada uno. Una y otra vez! Parece que todas las advertencias que he subrayado son menospreciadas por todos ellos. ¡Quizás este día debería poner sus cabezas en lo alto de este castillo como advertencia! —gritó la voz fuerte que resonó desde el corredor.