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Tristán había terminado su presentación. El presentador anunció que los estimados invitados podían reservar con antelación si deseaban visitar la Empresa Estrella Celestial.
Las azafatas recorrían el lugar, recogiendo la respuesta de los demás invitados. Después de unos minutos, la azafata principal entregó el resultado al presentador.
Los altos ejecutivos de la Estrella Celestial no esperaban nada más. Ahora se daban cuenta de que su CEO y Presidente ya no competían con las otras empresas.
Su objetivo principal cambió. Parecía que la Estrella Celestial se había convertido en una organización benéfica al dar 500 vales a las personas en la Plaza de la Ciudad del Imperio.
También se sintieron satisfechos al saber que Tristán sería quien asumiría esos gastos. Al menos, la Estrella Celestial no perdería nada.
Los directores ya habían dejado de quejarse. No querían arruinar el ánimo del Presidente Lu. Él se veía tan feliz cuando su nieta política fue presentada al público.