Los ojos de Tristán se abrieron de par en par cuando reconoció al hombre tumbado en la cama de Zhen-Zhen. Se quedó atónito durante unos momentos.
Después de recuperarse, su expresión de shock fue reemplazada por celos. Podía ver a Zhen-Zhen sosteniendo la mano de aquel hombre mientras lloraba en silencio. Su rostro estaba cubierto de preocupaciones y cuidados por ese tipo.
Él era el hombre misterioso que le había contado a Tristán sobre el paradero de Zhen-Zhen y su plan de dejar este mundo.
—¿Qué hace él aquí? ¿Qué le ha pasado a ella? ¿Quién es él? ¿Por qué le importa tanto a Zhen-Zhen? —esas eran las preguntas que le rondaban en la mente mientras observaba a Zhen-Zhen y al hombre inconsciente. De repente, Tristán sintió celos, deseando ser ese hombre. Se despertó sin Zhen-Zhen a su lado. La buscó solo para descubrir que ella estaba velando a otro hombre en su habitación.