—Después de la conversación con Gahrye la noche anterior, pensó que se sentiría mejor —ella solía sentirse más centrada cuando había hecho un plan y sabía qué hacer. Pero en lugar de eso, había estado atormentada por un terror sin nombre ni rostro que le pesaba durante todo el tiempo que había permanecido despierta.
—Como si algo dentro de ella fuera real y consciente, asustado y tratando de salir a toda costa.
—Para distraerse, había comido, comenzado a desempacar su bolsa —se dio cuenta de que la mayoría de la ropa que había traído de Anima llamaría demasiado la atención aquí en casa— y tomó nota mental de pedir ayuda con más ropa— y abandonó esa idea y decidió mostrarle a Gahrye qué era un televisor.
—Ven a ver esto —había forzado una sonrisa. Tenía ganas de mostrarle tantas cosas nuevas. Pero esa tensión dentro de ella no quería permitirle disfrutar nada. Se encogió de hombros mientras él se unía a ella en la sala de estar.