—Feng Huai, sal afuera y compra algo de comida de verdad para Xiao Xueyi —le dijo Zhao Fei a Feng Huai—. Cómprate algo también para ti.
Feng Huai entendió que los dos tenían algo importante que discutir y tampoco se forzó a quedarse en la habitación.
Él salió de la habitación y la cerró con llave, dejando a los dos solos para hablar.
Después de verlo salir, los ojos de Zhao Fei cayeron sobre la joven mujer sentada frente a ella. Realmente no había necesidad de que Feng Huai saliera de la habitación ya que él iba a trabajar con ellos, la única razón que podía imaginar era que el secreto de Ran Xueyi era demasiado explosivo y pesado.