Todos continuaron mirando a Lance sin decir una palabra, mientras intentaban descifrar por qué razonaba y se comportaba de la manera en que lo hacía.
—¿No esperarás que me vista mal, verdad? —preguntó Lance con un tono más calmado.
—¿Tienes amigos? —le preguntó Williams, pero Lance lo desechó con un gesto.
—Todos se sienten intimidados por mí —les informó.
Paulina suspiró angustiada por él. ¿Qué clase de vida era esa?
—¿Qué fue eso? —Lance la miró, levantando una ceja.
—¿Eh? —Paulina levantó la vista hacia él con miedo cuando dirigió su atención hacia ella.
—¿Sientes lástima por mí? —le preguntó incrédulo.
Paulina negó con la cabeza inmediatamente. —Eh... no. No lo hago...
—Eres una sirvienta, ¿verdad?
Ella asintió tímidamente, y él resopló.
—¿Y eso qué? —preguntó Williams a Lance, frunciendo el ceño.
—¿Qué cosa qué? —preguntó Lance a cambio.
—El sonido que acabas de hacer —señaló Susan con disgusto.