Cuando Jia Li y Fu Hua llegaron, pudieron sentir la atmósfera festiva.
Entraron a la casa, y ya pudieron ver las nuevas decoraciones. Además, los sirvientes que estaban cerca, se inclinaron felicitándoles.
Jia Li estaba un poco sorprendida, pero Fu Hua se mantuvo impasible. Justo entonces, el Abuelo Fu salió de la sala de estar con algunos de los miembros de la familia.
El Abuelo Fu y los otros que vieron el vestido anterior de Jia Li antes de salir de casa, se sorprendieron al ver su nuevo aspecto y una nueva indumentaria.
No dijeron nada, pues sabían que era disposición de Fu Hua.
—¿Ya volvisteis? Dejadme ver el certificado de matrimonio —dijo el abuelo con una sonrisa.
Si no hubiese habido otras personas con él, Fu Hua habría querido preguntar, —¿No me crees? —, pero se contuvo, así que se volvió hacia Jia Li para decir...
—Entrégale los certificados de matrimonio al abuelo.