—Señor, ¿cree que esto funcionará? —preguntó el mayordomo Lu.
Aparte del anciano, él era la siguiente persona que conocía todo acerca de sus planes para casar a Fu Hua con Jia Li. El anciano le habló sobre el asunto hace dos meses.
—Por supuesto que funcionará, ¿acaso dudas de mis capacidades? —preguntó el abuelo Fu con un signo de interrogación.
—No, señor. Solo estoy preocupado por el joven maestro Fu Hua. No le gusta que lo manipulen, así que al hacer esto, podría rebelarse —expresó su preocupación el mayordomo Lu.
—¡Él no se atreve a rebelarse contra mí! Lo crié y le he permitido vivir su vida. No siempre le pido algo, así que ¿qué tiene de difícil esto? —preguntó el abuelo Fu.
—Señor, ¿alguna vez ha pensado que el joven maestro Fu Hua podría tener una novia, pero la ha estado ocultando? —preguntó el mayordomo Fu.
—No es asunto mío. Si tuviera una novia, ¿qué razón sería lo suficientemente genuina para ocultárnosla? —preguntó el abuelo Fu con el ceño fruncido.