Mientras la noticia de la juvenil transformación de la Vieja Señora Xi se propagaba entre las demás damas del banquete, se convirtió en tema de conversación y curiosidad. La idea de que Qin Yan, la futura nieta política, había contribuido a este cambio añadió una capa extra de intriga. La noticia viajó rápido y pronto las amigas de la Señora Xi, también curiosas por el secreto detrás de su rejuvenecida apariencia, se acercaron a ella con preguntas.
—Wenpei, tú también debes haber conseguido esta crema de Qin Yan, ¿verdad? —preguntó la Señora Yan a la Señora Xi.
—Obviamente, la debe haber conseguido. Después de todo, Qin Yan es su futura nuera —dijo alguien más.
—Pero no hay ningún cambio visible en su piel. ¿Podría ser que Qin Yan no le haya dado la crema?
—Ay, escuché que la Señora Xi no favorece a Qin Yan. En cambio, quiere que su hijo se case con la joven señorita de la familia Nie. Así que, quizás no está cercana a Qin Yan.