—¿Qué podría haberle dicho la hermana a su novio para provocar tal reacción?
Mientras lo cuidaba, Qin Muran no podía evitar sentir un creciente conflicto interno. La vista de la figura maltratada de Xi Yaohua despertaba una mezcla de desdén y arrepentimiento, pero dejó a un lado esas emociones, concentrándose en la tarea en cuestión.
La expresión de Xi Yaohua se endureció, un atisbo de enojo cruzó su rostro antes de recomponerse —No lo sé, Muran. Quizás todavía esté resentida por nuestro pasado. Pero estate tranquila, me ocuparé de ello. No dejaré que nadie arruine lo que tenemos.
Qin Muran forzó una sonrisa, aunque su corazón se hundía más a cada momento. Su tormento interno se intensificaba —No puedo creer que alguien recurra a la violencia de esta manera. No mereces ser tratado así.