Tal y como Esther había visto en su visión, el Príncipe Theron había vuelto a su tienda personal para lavarse después de luchar en el frente, quitándose la pulsera de su muñeca en el proceso. Procedió a limpiarse, sin darse cuenta de que un gran peligro se acercaba a él.
Justo cuando terminó de lavarse y de ponerse un conjunto de ropa limpia, percibió cierto movimiento fuera de su tienda. Estaba seguro de que no eran sus caballeros, ya que ellos no se acercarían a su alojamiento de manera tan sigilosa. El Príncipe Theron se alertó por esto y lentamente cogió su espada, asegurándose de que la persona afuera no oyera sus pasos. Se enfrentó a la entrada de su tienda con la espada bien sujeta para atacar al intruso en cuanto entrara.