—Algo que hará que mi Reina se sienta mejor —respondió y la atrajo más cerca para hacerla caer en su abrazo mientras sus manos descansaban en su hombro para apoyarse de rodillas mientras sus manos se envolvían alrededor de su cintura.
Seren miró en sus ojos rojos que llevaban una mirada ardiente y sintió que se derretiría bajo ellos en cualquier momento. Su rostro estaba a solo una pulgada de distancia, mientras sentía su aliento caliente y mentolado rozando sus mejillas, sus manos no podían empujarlo pero intentaba mirar a través de su alma a través de sus ojos.
Drayce sonrió levemente al ver esos ojos centelleantes y confundidos, que la atrajo aún más cerca ya que no quedaba distancia entre sus cuerpos, mientras sentían el calor que emitían el uno al otro. Drayce no se sorprendió de que ella se sintiera más cálida que nunca y su corazón se volvía loco con su ritmo. Su respiración se volvió superficial ya que tuvo que jadear unas cuantas veces.