—Dime, ¿quieres verme muerta? —Dime cuál es tu motivo? ¿Deseas en secreto que muera?
Después de decir esto, esperó la respuesta de Céfiro, pero en lugar de eso recibió un rayo.
Cuando el primer rayo de luz descendió de las nubes oscuras, Yu Holea se mantuvo firme, su escudo de energía mística listo para desviar la poderosa fuerza de la naturaleza.
El ensordecedor sonido del trueno resonó en los alrededores mientras el rayo golpeaba la barrera protectora a su alrededor.
El impacto envió temblores a través de su cuerpo, la mera fuerza del rayo poniendo a prueba sus defensas y su resolución.
Debido a que era una cultivadora, Yu Holea no se carbonizó, pero este rayo fue suficiente para causarle un enorme dolor.
Yu Holea apretó los dientes y se quedó allí parada.
Al mismo tiempo, se envolvió en otra capa de su energía mística.
Otro rayo cruzó el cielo, apuntando a Yu Holea con una ferocidad intensa.
La mente de Yu Holea se llenó con una sola palabra. ¡Dolor!