```html
Gavin estaba completamente aturdido.
Miró en shock a la mujer que pensaba que conocía—ahora llorando incontrolablemente, su rostro torcido por la ira. Selena no era nada como la persona suave y amable que él había conocido. Su rostro estaba manchado de lágrimas y maquillaje corrido, su calidez habitual no se veía por ningún lado.
Nunca había visto a Selena así.
Para él, siempre había sido tranquila, equilibrada y amable. Había sido su esposa constante y bondadosa, siempre apoyándolo.
La miró con incredulidad. —Selena… ¿alguna vez me amaste?
Los sollozos de Selena se detuvieron, y lo miró. Por un momento, su expresión fue de sorpresa, pero luego se tornó en desdén. —¿En serio, Gavin? ¿En un momento como este, con todo lo que está pasando, eso es lo que quieres saber?
Pero la mirada de Gavin se mantuvo firme. —Sí, quiero saberlo. ¿Alguna vez me amaste? ¿O fue solo porque soy un Cobb?