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Viendo a una multitud reunida afuera, el doctor se quitó la máscara.
Nara y los demás lo miraban ansiosamente.
El doctor dijo lentamente:
—Hicimos nuestro mejor esfuerzo para resucitar al paciente, y su vida ya no está en peligro, pero si despertará dependerá de los próximos días.
Estas palabras aliviaron temporalmente a toda la familia Gill.
Las lágrimas de Nara rodaban por su rostro.
Detrás del doctor, Austin estaba acostado en la cama del hospital, siendo lentamente llevado fuera con los ojos cerrados, aún en estado de coma.
La multitud rodeó la cama mientras era llevada a la UCI, y después de esperar afuera por un momento, la Señora Gill miró a Nara. —Bárbara, tu hermano estará bien; no te preocupes.
Nara asintió. —Estoy segura de que estará bien.
Justo hace un momento, afuera de la sala de operaciones, todos estaban ansiosos por la condición de Austin, pero ahora finalmente respiraron aliviados.