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Keira se sobresaltó.
Su expresión se volvió más solemne; no tenía un ápice de desprecio y ejerció toda su fuerza para enfrentar el puño de Erick.
Al ver esta escena, Matias se sobresaltó de inmediato y gritó:
—¡Muévete! Toda la fuerza bruta de Erick está en sus puños. ¿Cómo puedes bloquearlo?
Esas palabras hicieron que Keira entrara en pánico.
¿No podía bloquearlo?
Cuando su maestro le enseñaba, siempre le decía que la mejor defensa era un buen ataque.
¡Pero el golpe ya había sido lanzado! Aunque todavía tenía tiempo para retroceder y esquivar, no había necesidad...
Pensando en esto, Keira aún usó toda su fuerza y empujó con su palma.
—¡Bang!
El puño de Erick golpeó la palma de Keira...
Matias cerró los ojos de golpe, casi previendo que el brazo de Keira se dislocaría y sería lanzada por los aires.
Pero el grito anticipado no llegó...