Ava salió del café, las palabras de la mujer resonando en su cabeza. Mientras caminaba por la calle concurrida, sus pensamientos giraban sin control. El miedo a que su pasado fuera revelado la roía, más intenso ahora que nunca antes.
La última semana había sido mágica. Nunca se había sentido tan atesorada o incluso amada en su vida. Sabía, por supuesto, que Erasmi no la amaba, pero también sabía que él se preocupaba por ella e incluso la valoraba. Y mientras se deleitaba en ese sentimiento, había olvidado los miedos que había mantenido encerrados adentro.