—No puedo creer que quieras que almuerce contigo de la nada —se quejó Luc tan pronto como entré en el comedor.
—No soy solo yo. Evan también va a estar aquí —dije.
—¿Evan? ¿Quieres decir, Rey... Ah, sí, Evan...
Evan entró justo después de que yo entrara. Nadie debía sentarse antes que yo y esa regla se mantenía. Me senté en una esquina de la mesa y ambos se sentaron cerca en direcciones opuestas. El otro rincón era para Demetrio, el Rey de Querencia. Así que, aunque Evan era un rey, no se suponía que debía sentarse allí. Además, él estaba fingiendo ser solo un noble, no un rey.
—Hola, Señor Luc —dijo Evan.
—Rey... Lo siento, Evan —dijo Luc—. ¿Por qué no estás saludando a Su Alteza de manera apropiada?
—Somos amigos —dijo él—. Estamos tratándonos de manera informal, ¿verdad, Blue?
—¿Cuándo dije que soy tu amiga? —objeté.
—¿Qué dirán los demás si te escuchan llamando a Su Alteza por su nombre?