(Desde la perspectiva de Azul)
Regresé a mi habitación con Ruby después de la lección de esgrima. Teníamos cuidado de no despertar a Zafiro, quien se había quedado dormida en sus brazos. Era tan adorable cuando dormía que era imposible no tener cuidado.
Era divertido cómo fingíamos que Zafiro era una niña pequeña sin siquiera discutirlo.
—Su Alteza aprende realmente muy rápido —dijo en voz baja—. Creo que si Su Alteza practica todos los días, será muy buena manejando una espada.
—No necesito ser perfecta, pero sí necesito poder defenderme. No es agradable tener que depender de alguien todo el tiempo —dije—. ¡Vaya, estoy sudando como un infierno!
—Prepararé el baño —dijo—. Primero dejaré a Zafiro en su cama.
Zafiro dormía en la cama que Perita había hecho para ella. Era pequeña y linda. A Zafiro realmente le gustaba la cama, así que decidí mejorarla un poco para que pudiera estar más cómoda.