(Desde la perspectiva de Azul)
La música estaba recorriendo mis venas. Y sus manos estaban envueltas alrededor de mi cintura, guiándome paso a paso.
—Puedes seguir mis pasos si enfrentas alguna dificultad —dijo él.
Pero no enfrenté ninguna dificultad y tampoco pensé que lo haría por ahora. Los pasos eran claros y sabía dónde poner mis pies.
—¡Vaya! Lo estás haciendo realmente bien, pero nunca supe que puedes bailar —dijo él.
—Tampoco sabía que podía hacerlo, hasta ahora —dije—. Tú también lo estás haciendo muy bien.
—Madre me enseñó. Solía bailar con Evelyn durante diferentes eventos —dijo—. No me gusta particularmente bailar. Pero es genial hacerlo contigo.
—Mmm... Lo mismo para mí —admití—. Es genial bailar contigo. Por cierto, esa señora de allá te está mirando fijamente, el vino está goteando de su copa, pero aún no se ha dado cuenta.
—¿Dónde?
—A nuestra derecha, allí —dije, señalando a la mujer con mis ojos.
—Ah, sí, puedo verla —dijo—. ¿Estás celosa?
—¿Yo? ¿Celosa?