—Muy bien. Voy a llamar a mi abogado para que prepare nuestros papeles de divorcio y luego ambos firmaremos y los entregaremos. Y después de eso, te harás tu cirugía plástica —anunció Adrian.
Mary, quien estaba de pie a un lado, observó a Felicia mientras esta mostraba mucha alegría y felicidad. Dándole un codazo a su hija para captar su atención, Mary le susurró a Juliet.
—Solo mira cómo expresa su felicidad, su descaro sin contenerse. Me pregunto si estaba con los ojos vendados o algo así para no ver esta actuación suya anteriormente.
—¿Verdad que sí? —dijo Juliet—. Va a divorciarse pero está feliz porque va a estar con otro hombre. Qué descarada —agregó Juliet al susurrarle a su madre.
Aunque ambas intentaron susurrar tan bajo como fuera posible, Felicia todavía pudo escucharlas.
—No necesitas susurrarle a la otra sobre mí. Estoy justo aquí. Si tienes algo que decirme, ven y dilo. No seas tan cobarde —repitió con una sonrisa burlona.