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Cabello oscuro peinado con dos colas de cabello justo a los costados de la cabeza mientras dos grandes mechones de cabello caen justo por delante de las orejas. Delante, justo en su frente tiene un pequeño flequillo que le cubre una pequeña parte de su frente mientras que sus cejas, grandes y pobladas están álgidas como dos pares de montañas las cuales representan sorpresa.
Sus dos ojos afilados y delgados propios de una chica japones de aproximadamente 14 años de edad con un lunar por debajo de su ojo derecho.
Pupilas de un color parecido al jaspe negro que se encuentra en las joyerías más famosas del mundo.
Esta hermosa joven japonesa de edad temprana portaba un vestido color gris casi blanco el cual se ondeaba de forma onírica constantemente con la fresca ventosa del viento en aquella noche.
Al contrario del color puro de su vestido, sus manos tenían un par de guantes oscuros los cuales recubrían en su absoluto cada parte de sus dedos.
Hanna Shimura era quien se reflejaba en los esmeraldas y brillantes pupilas de izuku que se dilataron al momento de que esta azabache se cruzo en ellos.
Con su boca entreabierta y sus manos flojas sin fuerza de agarre, con un sentido perdido y una emoción ajena que aqueja en su corazón, izuku se siente conmocionado más que nada.
―¿Hola? ―pregunto Tenko quien extendió su mano derecha al frente de los ojos de izuku interrumpiendo aquella línea de visión directa que tenía con Hanna―. ¿Estás ahí? ―pregunto haciendo reaccionar a izuku que en automático volvió su mirada hacia su amigo―. Llevo hablándote y no me haces caso, ¿Te encuentras bien?
―S-si... ―contesto agitado mientras volvía su mirada hacia la hermana de su amigo―. ¿Ella?
Antes de poder preguntar otra cosa, la chica pareció reaccionar también y avanzar.
Entonces, sin si quiera hacer algo o decir algo, tenko fue tomado por el cuello de la camisa por la parte de su nuca y fue llevado como trapo viejo hacia la puerta.
―Mamá esta furiosa contigo como no tienes una idea ―bramo molesta mientras empujaba hacia su hermano por las pequeñas escaleras de la entrada dejando a izuku atrás, pero antes de tocar la puerta o abrirla, esta se dio la vuelta hacia el chico―. Danos un momento, ¿Sí?
Un leve sonrojo en las mejillas de izuku se hizo visible y este chico perdió toda la autoridad de hablar ya que solo asintió ante las palabras de la azabache.
―¡No seas mal educada Hanna! Es nuestro invitado y deberías ser complacientes ―informo este con un tono sonoro.
Hanna soltó un quejido aterrador, como el de una fiera cazando a su presa.
Un grito ahogado salio de golpe de tenko quien al llegar al frente de la puerta esta fue abierta en un instante dejando escapar la luz de su interior hacia la entrada en la cual ellos dos estaban parados.
De repente, Tenko se puso de un color verdoso muy feo y clavo los ojos donde la señora Shimura estaba de pie frente a él y su hermana.
―Así que... ―Dijo ―.Buenas noches, mamá ―saludo Tenko, poniendo lo que él consideraba que era una voz alegre y encantadora.
La madre Shimura es una mujer de poco mas de treinta años que generalmente tiene una dura expresión en su rostro. Unos par de ojos castaños claros y cabello del mismo color que partía en medio de su rostro en flequillo y ondas desiguales que crecían hasta sus hombros.
Ella viste unos jeans con una camisa del mismo color, negra.
―¿Tienes una idea de lo preocupada que he estado? ―pregunto la señora Shimura en un tono aterrador.
―Perona, mamá, pero es que, mira, tenia que...
Aunque el trataba de explicar la razón del por que estaba tan tarde en casa, la mirada de fiera de su madre la cual era igual que la de su hermana lo hizo encoger los hombros.
―Ni una llamada, ni si quiera un pobre mensaje... Despues de lo que paso en aquel lugar no puedo dejar de imaginarme lo peor. Pudiste haber tenido un accidente. Creía que me volvía loca, pero no te importa, ¿Verdad? Desde que entraste a la U.A crees poder hacer las cosas por ti solo pero no muchachito, no, no, no. Desde la USJ no puedo dejar de tener mis ojos puestos en ti, ¡Cabeza hueca!
―¿¡Cabeza hueca?! ―exclamo Tenko en tono perplejito.
―Ya no se que estas haciendo o con quien pero ya pasaste por mucho gracias a esa academia y sus tontos sistemas de seguridad. ¡Además...! ―ella se detuvo.
La señora Shimura pudo seguir con su reprimenda si no fuera porque detrás de la sombra de sus dos hijos se encontraba una persona más, justo por fuera de su jardín en el pavimento de la cera se encontraba el chico de cabellera encrespada y peinado desentendido quien miraba solemne la escena.
Izuku sonrió nerviosamente al ver como la señora Shimura lo veía fijamente. Entonces el capto como la mirada de la mujer bajaba desde su cabeza hasta el par de sus manos las cuales estaban vendadas. En ese instante izuku sintió un miedo abrumador.
La idea de que ahora mismo la madre de su amigo lo reconociera como ese niño del pasado y supiera quien es y lo más seguro que fuera así, él sabía que reacción venia en seguida.
La misma de todos.
Lo mas seguro era que Tenko fuera reprimido de manera mas dura al haber traído a un tipo como el y por esta razón, a los pocos segundos el sintió una gran culpa por meter a su amigo en problemas.
Solo pudo esconder su mirada y encoger sus hombros preparándose para lo peor.
Pero no fue así.
―Me alegro de verte, Midoriya ―dijo―. ¿Por qué no pasas a cenar?
Izuku parpadeo un par de veces con el vecindario detrás suyo y sin darse cuenta, al reabrir sus ojos se encontraba dentro de la casa.
¿Qué había pasado?
La señora Shimura se encamino hacia la sala de estar y izuku la siguió, despues de dirigir una mirada azorada hacia su amigo Tenko, que le respondió animándolo con un gesto de la cabeza.
¿Por qué lo invito a pasar?
Se pregunto.
¿Por qué lo invito a quedarse a cenar?
Se cuestiono.
Estas y muchas cosas mas no entraban en la cabeza de izuku. El no espero esta reacción de parte de la señora Shimura. Él pensó más en el típico y usual escenario siendo el pequeño cero a la izquierda el cual ignoran completamente.
La sala de estar era grande y todo en ella estaba bastante lleno de cuadros y adornos. En el medio había una mesa de madera que se veía muy bien construida y tratada con un par de sofás alrededor. Izuku se sentó tímidamente, mirando a todas partes. Era la primera vez que estaba en la casa de alguien más desde hace años.
La última vez que visito la casa de alguien más, se podría decir que fue la de Bakugou, "Su amigo" de infancia pero, el sabia perfectamente que la ultima casa de alguien más que visito fue la de ella, aquella quien sigue como un recuerdo remanente en su cabeza día y noche.
Entonces sus ojos terminaron en lo que parecía ser una chimenea la cual tenia una base encima de ella donde se posaban fotografías de la familia y por encima de estas se encontraba un reloj de pared de frente que solo tenía números mas no manecillas. Estos números, dependiendo la hora que fuera se encendían.
Sobre la repisa de la chimenea donde las fotos se encontraban una al lado de la otra, al final justo en la orilla derecha se encontraba un grupo de libros los cuales tenían títulos como «Cuidado de las plantas» también «Mejores fertilizantes» o «Flores y sus bellezas natas».
―Son libros de Hanna ―explico Tenko quien arrojo su mochila justo a su lado tomando asiento junto a izuku―. Ella le gusta mucho la herbología. Todo lo que trate de vida verde lo ama.
La señora Shimura se encontraba en la sala de estar junto con ellos hasta que comenzo a caminar hacia la otra habitación la cual era dividida por una "Isla" donde desayunaban la cual funcionaba para dar inicio a la cocina.
―Ah... ¿Shimura-San?
―¿Qué pasa?
Izuku se quedó con su mirada clavada en sus muslos mientras reunía valor para hablar.
―¿Midoriya? ―dijo este notando extraño a su amigo.
Entonces, izuku levanto sus ojos en blanco.
―¿Por qué no me han echado fuera de tu casa?
―¿Qué?
―Bueno... ―izuku aparto la mirada.
Tenko le echo una mirada algo perplejita a su amigo.
―Midoriya, ¿Qué te gustaría cenar? ―pregunto la madre Shimura quien movió su mirada entre la isla de la cocina y la sala de estar.
El chico se quedo en silencio un segundo pues no sabía que responder.
Eso de que lo hayan dejado entrar y que ahora lo hayan invitado a cenar mas el hecho de que le estuvieran preguntando que quería comer, lo dejo sin palabras.
Lo que tenia imaginado el al ser invitado a la casa de tenko era que lo primero sería el rechazo de sus padres por miedo a que fuera a destruir la casa y que despues hablaran en la calle si tenia suerte.
―Arroz esta bien ―contesto a lo cual la mujer se quedo en silencio por unos segundos.
Izuku pensó que pidió mucho.
―C-con un vaso de agua esta bien...
La mirada de la mujer se ceñía más sobre este.
―A-aire... aire para mí.
Esto último lo murmuro completamente aterrado por la filosa mirada de la mujer castaña quien no lo dejaba de mirar.
―¿Katsudon está bien? ―pregunto amablemente―. No creo que con arroz pudieras llenarte. Además mírate, estas en los huesos.
La mujer se dio la vuelta y comenzo a cocinar dejando a izuku mas perplejo de lo que estaba.
En su cabeza había una pregunta; ¿Qué es el katsudon?
En su escasa vida la comida no es algo que recuerde mucho ya que durante todos estos años, gracias a todos los problemas que acarreo el despertar de su quirk, afecto mucho a la economía de sus padres, además, desde que su madre murió y su padre cayo en coma, el no es como que haya tenido el lujo de decidir qué comer así que lo que más barato y fácil de hacer para él, es arroz.
―Mamá, yo quiero onigirís y... ―fue interrumpido.
―¡Para ti, arroz será suficiente! ―bramo molesta la gran Shimura quien ignoro por completo el deseo de su hijo―. Además el doctor dijo que nada picante por la herida de tu mejilla.
―¡Pero mama! ―reclamo Tenko.
―¡Pero nada! ―rugio en contra parte.
A pesar de que Tenko era el mas alto de su familia y mucho mas que su madre, se amilo cuando descargo su reprimenda sobre este.
Su madre es del tipo "Madre amable y cariñosa" o bueno, lo era cuando Tenko era pequeño. Cuanto mas años creció tenko, mas dura se hizo su madre con el debido a la razón que gracias a su quirk, la libertad de ir a donde quisiera tenia de las puntas de los pelos a su madre pues la preocupación de pensar que su hijo se pudiera ir a la luna le causaba ansiedad por eso decidió tomar una postura mas dura contra su hijo.
En aquel momento se oyó la puerta de la puerta principal de la casa.
―¡Ya ha llegado! ―dijo Tenko―. Papá está en casa.
En efecto, el padre Shimura llego justo a la hora de la cena entrando por la puerta principal y caminando a través del pasillo hasta la sala de estar donde encontraría a su mujer en la cocina pues este dirigió en automático la mirada a esta.
―¡Odio las noches de dirección! ―exclamo agotado mientras caminaba hacia la isleta tomando asiento en una de las bancas y recargando sus codos sobre la cubierta de mármol―. No puedo creer el tonto de Wilson no haya aprobado el régimen fiscal y ahora tenemos que pagar los interese acumulados ―farfullo, tomando una taza de té que en automático coloco la señora Shimura al momento de escuchar la puerta abrirse.
El señor Shimura tomo un largo sorbo de Té y suspiro.
Un hombre bastante alto y fornido con un pelo azabache, mucho menos que el de sus dos hijos. El tiene un pequeño mechón en el lado derecho y viste una camisa polo a rayas y pantalones negros.
―¿Cómo te va papá? ―pregunto Tenko con un gesto en su mano.
―Peor que a ti supongo ―contesto dejando el té aun lado suyo―. Tu madre olvido la azúcar así que supongo que hiciste algo de lo cual tengo que regañarte.
El miro de reojo a su hijo desprendiendo una aura aterradora la cual hizo temblar desde los pies hasta la cabeza a Izuku pues podía observar un gran demonio carmesí salir de la silueta del hombre.
Entonces en eso izuku llevo su mirada hacia su amigo esperando la misma reacción pero lo que se encontró fue una mirada ingenua junto con una sonrisa cómplice.
En automático volvió su mirada hacia el padre Shimura encontrándose con la misma sonrisa.
―¿Qué hizo ahora, Nao? ―pregunto a su esposa con interés fingida.
―¡¿Qué hizo?! ―la mujer soltó un gran golpe sobre el mármol de la cocina―. ¡Llego tarde y ni si quiera tuvo la decencia de mandar un mensaje! ¡Además, mira su mejilla, esta roja de nuevo! ¡Seguro no tomaste las pastillas y ahora por eso tendremos que ir al doctor! ―Nao tomo un respiro―. Es para no creérselo Kotaró ―dijo un poco más tranquila.
―¿Vino volando o caminando?
―Caminando.
―¡Oh! Que sorpresa. ¿Por qué no viniste volando hoy hijo? ―pregunto confundido pues estaba acostumbrado a que casi siempre, las quejas sobre Tenko fueran por que aterrizo sobre el cobertizo de su otra hija arruinando el trabajo de esta.
Entonces al momento de mirara mas detenidamente la sala observo la cabellera verdosa por delante de Tenko percatándose de que había alguien más.
―¿Hanna dejo sus plantas adentro?
Apenas bajo la mirada de la maseta verdosa encontró una cara pecosa con semblante entre, aterrorizado y confundido.
―¿Tu eres?
Se le quedo viendo unos segundos.
―¡Espera! ―se dio cuenta―. ¿Eres Midoriya izuku? ―pregunto sobresaltado―. Encantado de conocerte. Tenko nos ha hablado mucho de ti. ¿Cómo esta muchacho?
Kotaró Shimura se puso de pie y camino relativamente rápido hasta izuku extendiendo su mano mientras izuku se colocaba de pie.
Cuando estuvo de pie y con el padre de tenko delante, este miro la mano que tenía extendida hacia él.
Este se miró confundido.
―¡Un gusto Midoriya! ―dijo felizmente Kotaró con los ojos cerrado y la mano extendida esperando un apretón de manos.
―Ah...
Izuku volvió su mirada hacia tenko a lo cual este chico solo asintió con una sonrisa. Entonces el devolvió su mirada hacia el padre de Tenko, Kotaró quien abrió sus ojos al no sentir la mano de izuku.
―¿Pasa algo Midoriya?
―No esta acostumbrado a estas cosas, papá.
Tenko se puso de pie tomando la muñeca de izuku y ayudándolo a llevar su mano hacia la de su padre.
―¡¿De v-verdad está bien?! ―inquirió izuku alarmado.
―¿Por qué lo dices? ―pregunto Kotaró.
―¡E-es que yo...! ¡Y-yo...!
―Está bien ―interrumpió Nao.
La mujer de Kotaró salio de la cocina mientras llevaba un par de vasos de agua hacia la mesa de espera donde se coloco al lado de su esposo.
Con una amable sonrisa la mujer dejo el agua sobre la mesa y tomo la otra mano de Izuku.
―Siento la grosería cariño. Es un gusto conocerte, mi nombre es Shimura Nao. Como puedes ver soy la madre del zopenco de atrás tuya.
Se presento gentilmente mientras que tenko solo hizo una mueca de disgusto.
―Yo soy Shimura Kotaró, soy el papá de zopenco de haya atrás.
Se presento he igual Tenko se disgustó más.
Ambas manos de izuku había sido tomadas por los padres de Tenko quienes miraban alegres al chico que poco a poco se dieron cuenta que estaba dejando salir humo de su cabeza.
―¿Midoriya? ―tenko hablo.
Justo segundos despues el cuerpo de izuku se desplomo en los brazos de Tenko.
―¡¿E-eh?! ―en unisonó, los tres Shimura miraron el cuerpo de izuku caer mientras su alma estaba ascendiendo hacia el cielo.
Entonces un grito rugiente de los tres resonó fuera de la casa, justo en los odios de la chica de cabello oscuro quien estaba en el jardín regando sus flores.
―¿Huh?
Hanna solo se dio la vuelta.
Izuku no había soportado el acercamiento físico de tantas personas y termino sacando la bandera blanca.
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PROXIMO CAPITULO: SHIMURA'S FAMILY: PARTE FINAL.