Varios minutos antes...
El silencio reinaba dentro del dormitorio de los gemelos. La atmósfera seguía siendo cálida y tierna, sin embargo, había una tensión palpable en los ojos de Alicia y Zeke mientras se miraban fijamente sin hablar.
El corazón de Alicia seguía latiendo fuertemente y no conseguía calmarse. Sentía que él iba a decir algo que definitivamente la impactaría por completo. Sin embargo, no podía discernir si serían buenas noticias o malas.
—Creo que volveré a acostar a Alice primero. No quiero que se despierte de repente ahora que está dormida —dijo Alicia en voz baja, apartando la mirada de Zeke y mirando hacia el pequeño bulto de alegría que aún dormía plácidamente en sus brazos.
Zeke asintió sin decir palabra y ambos se levantaron. Él fue cuidadoso y silencioso mientras ayudaba a Alicia a acostar al bebé de nuevo en su cuna.