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Aunque Stan estaba un poco asustado, no se sentía arrepentido como el Presidente Fan había dicho que se sentiría. A pesar de que no sabía cuáles serían las consecuencias, persistió en su decisión.
Pronto, Stan estaba todo empacado y listo para dirigirse al set. Pero, de repente, la producción anunció que la filmación se pospondría indefinidamente debido a problemas financieros.
Después de escuchar esto, Stan inmediatamente sintió que algo no estaba bien, así que hizo una llamada telefónica al director. Al otro lado del teléfono, el director simplemente suspiró y respondió, —No sé quién ofendió a uno de nuestros accionistas principales, obligándolos a retirar su inversión de la nada. ¡Lo siento, Stan!
Stan se sintió como si le hubieran caído un rayo, mientras su mente quedaba en blanco. Resultó que la gente podía jugar con el dinero e ignorar por completo el trabajo duro de los demás.