—¡No me hables de rectitud o justicia! En esta industria, todo lo que sé es que el ganador se lo lleva todo!
—Lila, si tienes un movimiento que hacer, lánzalo contra mí.
Después de terminar de hablar, Gillian colgó el teléfono.
Justo detrás de Lila, Mason había escuchado su conversación con Gillian. Mientras cargaba a uno de los niños en sus brazos, su expresión se mantenía tranquila —¿Alguien intentó amenazarte de nuevo? ¿Por qué sigues recibiendo amenazas?
—No puedo evitarlo. Siempre que me mantengo firme en algo, termino ofendiendo a alguien ¿Acaso al Presidente Mo le cansa protegerme? —Lila se dio la vuelta y sonrió.
Mason negó con la cabeza mientras ponía a su hijo en el suelo y tiraba de Lila hacia su abrazo —No, no sabes lo especial que eres para mí.
No había muchas personas en este mundo que tuvieran el valor de ir contra las convenciones. Pero, Lila definitivamente era alguien dispuesta al desafío y que no admitía fácilmente la derrota.