Más de 3 meses habían pasado. Ahora, los dos granujas ya podían moverse por sí mismos. Entonces, cada vez que Lila cuidaba a los niños, apenas tenía la oportunidad de pararse derecha.
Zane era descarado y Zeke siempre seguía a su hermano mayor. Los dos granujas se arrastraban por el suelo, turnándose para perseguirse...
Lila sostenía su cámara en una mano y algunos bocadillos en la otra. Sus días pasaban con genuina alegría.
—Puedo ver que estás disfrutando de tu estilo de vida actual —admiró Mandy—. No estás filmando nada, no tienes nada programado y estás completamente fuera de la vista del público, pero aún así has lanzado una red sobre la industria del entretenimiento.
—Sí, estoy disfrutándolo. ¿Cómo está Stan? —Lila examinó su cámara mientras le preguntaba a Mandy.
—Su drama está a punto de empezar a transmitirse. Por lo que parece, no hay problemas mayores —respondió Mandy.