—Ya es suficiente, ¿qué puedo hacer? Sharon no nos dejará en paz a Star ni a mí. No importa lo que diga, el resultado seguirá siendo el mismo. Señorita Song, por favor, váyase —Summer se volvió y miró ferozmente a Grace—. Su mente hacía tiempo que estaba en un lío.
Su mensaje era claro —no podía ayudar.
En realidad, antes de que llegara Grace, ya había predicho este desenlace. Pero aún así decidió arriesgarse. Quería ver si la mujer que Jackson había amado alguna vez, tendría al menos, la más mínima pizca de consciencia y coraje.
Pero después de escuchar la respuesta de Summer, Grace se rió...
—Ya que has decidido renunciar a Star, entonces no te arrepientas —después de hablar, Grace se puso de pie y salió de la habitación.
Summer devolvió lentamente su mirada. En este momento, todo lo que sentía era autodesprecio.
Ella entendía a Jackson. Independientemente de todo lo demás, Jackson era una persona amable. No podría empujarlo al límite, pero Sharon Ruan era diferente.