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80.32% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 196: Zhi Ru

Kapitel 196: Zhi Ru

El que está detrás es Zhi Mu. El que quiso abusar de MIS pervertidas. Al que di una lección.

Me mira jactándose. Está fuera de la barrera. ¿Otra formación? Aunque tampoco es que él sería un problema. Está en la ocho de Génesis.

Su hermano sí lo es. Está en la tres de Alma. Como Fen Huan. Aunque no está a su altura. Ya lo vimos el otro día. Y eso que ella todavía no se ha acostumbrado a su cultivación.

Pero está dos etapas por encima de mí. Con la ayuda de brazaletes, talismanes y las chicas, deberíamos poder enfrentarnos a él. Aunque no sé si matarlo. O atrapar a su hermano. Una vez las vean, será un problema si no acabamos con los dos. Mierda. ¿No estaba de misión?

–Hola Kong. Nos vemos de nuevo. No esperabas verme, ¿verdad?– me saluda él, seguro de sí mismo, con sorna.

Ya veo. Lo había planeado. Debía de sospechar que lo vigilaba. Y debió de hacer ver que se iba. He caído en su trampa. Mierda.

–¿Qué es lo que quieres? ¿Qué quiere decir esto?– pregunto, irritado.

No es que no lo sepa. Pero necesito ganar tiempo. Para buscar una oportunidad. Para que las chicas se preparen. Todas menos Hong y Rong. El nivel de Hong es bajo, y alguien tiene que cuidar a Wei. De Rong, no puedo fiarme.

Puede que Shun no tenga experiencia en combate. Y que Wan ni siquiera interés. Pero pueden lanzar un talismán o dos antes de que las devuelva. No tenemos muchos. Pero sí un par por cada una. Algunos poderosos. Los que nos dio Ye Bi.

–¿Necesitas que te lo explique? Golpeaste a mi hermano, así que te mataré. Además, Chun Hua estará encantada. Su hermana me lo agradecerá a mí, y ella a Mu'er– explica, sacando sus hachas, dejando entrever deseo en su voz.

–¿Tantas molestias porque tu hermano sea un llorica?– me burlo.

–Bien, una razón más para matarte. Más despacio. A ver si eres tan orgulloso cuanto te arranque la lengua– amenaza.

–Déjame romperle los dedos después. Quiero ver su cara suplicante y retorcida de dolor– pide su hermano, con rencor.

–Míralo, tan crecidito. ¿Tengo que darte otra lección?– lo amenazo, queriendo ganar un poco más de tiempo.

Él da un paso atrás, asustado. Todavía debe de estar traumatizado. Mientras, estudio la barrera. No creo que pueda atravesarla. Al menos no en poco tiempo. Me pregunto si todos juntos podemos tirarla. Con los talismanes.

–¿Te olvidas de mí? Además, está fuera de la formación. Se puede entrar, pero no se puede salir mientras no la desactive. Y, ¿sabes qué? No voy a hacerlo hasta que estés muerto– amenaza con soberbia.

Quizás tiene razones para sentirse superior. No puedo escapar, y su cultivación es muy superior. Con Fen Huan, he podido comprobar la diferencia en la densidad del qi.

No sabe que tengo un as bajo la manga. Claro que no quiero utilizarlo. Igual, tendré que huir de la secta si no puedo callarlos.

–No te preocupes. Las cuidaré bien por ti. Esas putas se arrepentirán– se burla y amenaza Zhi Mu.

¿Se atreve a amenazar a MIS pervertidas? No debería haberlo dejado con vida cuando tuve la oportunidad. Es demasiado tarde para arrepentirse.

–Míralo. Arrogante porque se esconde tras las faldas de su hermano. Todo porque es un inútil al que las chicas rechazan. Lo único que sabe es forzarlas. Vaya basura– lo denigro.

–¡Hermano! ¡Córtale esa lengua!– grita con rabia.

–Será un placer– acepta Zhi Ru.

Se ha acabado el tiempo. Ahora, tengo que buscar el mejor momento para dejar salir a las chicas. Están preparadas. También nerviosas. Mejor si me puedo acercar a Zhi Mu. Aunque esté fuera de la barrera. Si podemos lidiar con su hermano, romperla y atraparlo, habremos ganado.

Él me ataca con una de sus hachas. A la que ha imbuido qi de la etapa tres. La otra parece que seguirá a la primera. El ataque es demasiado poderoso para tomarlo de frente.

Doy gracias a mi entrenamiento con Fen Huan. Ahora es un enfrentamiento de vida o muerte. Debería poder evitarlo. Al menos, que no sea mortal. Debo hacer jugar a mi favor que él está confiado. Ni siquiera usa una técnica de movimiento.

Coloco mi bastón para bloquearlo. Lo imbuyo con qi. Él sonríe con desdén. Seguro de romper mi defensa. Quizás incluso mi bastón.

En el último momento, lo inclino. Haciendo que el golpe no dé de lleno. Solo le dé del lado exterior. Lo vaya rozando. El impacto no sea directo.

Al mismo tiempo, muevo el qi para proteger el bastón. Que empujo hacia el hacha. Modificando su trayectoria en lugar de bloquearla. De lado, no tiene filo.

Mis pies se mueven rápido. Usando la técnica de movimiento, me desplazo hacia el lado del bastón. Junto al leve cambio de trayectoria, logro ponerme fuera de su alcance.

No tiene más remedio que cancelar el segundo ataque. Me he movido por fuera. Por el lado de la primera arma. Alejándome del segundo brazo.

Aprovecho el momento para golpear su pierna con el otro extremo del bastón. Reacciona rápido. La cubre de qi. Aunque ha sido improvisado, es demasiado denso. Apenas trastrabilla. Recupera rápido el equilibrio.

Me muevo lateralmente. Él me mira entre sorprendido e irritado. No esperaba que evitara su primer ataque.

–Vaya, eres mejor de lo que pensaba. Quizás no fue casualidad que vencieras a ese idiota de Ga Gui. Lástima que no te valdrá de nada. No puedes escapar– me intenta intimidar, con rabia.

Es una pena. Si hubiera caído, hubiera sido el momento perfecto para llamar a las chicas. No sé si tendré una oportunidad mejor. Por ahora, camino lentamente hacia atrás. Sin dejar de mirarlo. Acercándome a Zhi Mu.

Noto entonces el qi en sus pies. Inmediatamente, ejecuto mi técnica de movimiento. Hacia un lado. Impidiéndole que pueda atacar con las dos hachas cuando se abalanza con extrema rapidez. Solo con la de la derecha.

No parece que sea capaz de volverse lo suficientemente rápido. Incluso así, es peligroso. Su ataque con su qi de la etapa tres va directo a mi cuello.

Golpeo con fuerza el mango del hacha. Está recubierta de qi. Apenas puedo desviarla. Pero me ayuda a apoyarme e impulsarme con el bastón. A acabar de esquivarlo.

–Maldita rata. Deja de correr– masculla.

Vuelve a ejecutar su técnica de movimiento. Su dominio es menor que el de Fen Huan. Incluso diría que el mío. Aunque el qi más poderoso lo hace más rápido.

Esta vez, no me ataca. Me corta el paso. Me obliga a retroceder. Cerca de la barrera. Y de Zhi Mu.

Alza un brazo. El otro doblado bajo el estómago. Preparado para defender y atacar.

Mierda. No me queda mucho espacio para esquivar. Y está preparando una técnica.

–Ja, ja. Es el final. Prepárate para morir por la Guillotina de mi hermano– se burla Zhi Mu.

Parece que se ha olvidado de que querían torturarme. No es que sea muy importante. No tengo más remedio que bloquear. Debería poder lograrlo si uso qi de la etapa dos. Bastante. Aunque eso signifique perder algo de mi progreso para la siguiente etapa.

Su qi seguirá siendo más fuerte. Pero un estallido de qi que no espera debería detenerlo. Espero. Sumado a la dureza del bastón. En ese momento, llamaré a las chicas. Dándoles tiempo para reaccionar a la invocación. Mientras él está entretenido. No puedo retrasarlo más.

–¡Muere!– exclama.

Baja el brazo con fuerza. Pero el hacha no lo acompaña. Su qi se descontrola. El hacha cae al suelo. Su brazo no la sostiene. Está cortado a media distancia entre el codo y la muñeca. El trozo suelto cae junto al hacha.

–¡¡Aaaaaaaargh!!– grita de dolor.

Se agacha. Cogiéndose el muñón. El rostro retorcido de dolor. No se puede creer que le falte un trozo. Que esté sangrando. No entiende lo que ha sucedido.

Yo no estaba seguro cuando la he visto de lejos. Algo volaba hacia él mientras tenía el brazo en alto. Preparando la técnica. Rodaba sobre sí misma. A toda velocidad. Ha atravesado la barrera. Destruyéndola parcialmente. Por lo que ha dicho antes, es vulnerable por fuera.

Tras cortarlo, ha vuelto por donde ha venido. La reconozco. Es el arma doble de Fen Huan. La de verdad, no la del entrenamiento. Ha estado antes enseñándomela. Presumiendo. Pese a las burlas de Pen. Está realmente afilada. Además de cubierta de qi. Ahora también de sangre.

–¡Kong! ¿Estás bien?– me llama Fen Huan, preocupada.

Viene corriendo. Coge el arma al vuelo. Aunque parezca imposible y peligroso. Estaba rodando. Amenazando con cortarla a ella también. Pero la ha agarrado sin problemas. No sé cómo lo consigue.

–Estoy bien– le aseguro –. Me han tendido una trampa, querían matarme

Me he movido a un lado. Fuera del alcance de Zhi Ru.

–Maldita bruja. ¡No te metas en esto!– le reclama él, recogiendo su mano y trozo de brazo.

Puedo volver a unirlo. Con qi y paciencia. Necesitará tiempo y qi para sanarlo del todo. Puede que meses.

Fen Huan me mira. Aliviada de que esté entero. Mira entonces a Zhi Mu. Se señala a ella y a Zhi Ru. Entiendo. Golpea la barrera de nuevo cuando entra. Rompiéndola más.

Yo salgo corriendo por allí. Y empiezo a rodear la formación. Ella se encara al ahora manco Zhi Ru. Que se da cuenta de la situación y reacciona.

–¡Mu'er! ¡Corre! ¡Vuelve a la secta!– apremia a su hermano.

–Pero tú…

–¡Corre!

Zhi Mu obedece y sale corriendo. Mierda. No estamos tan lejos de la secta. A pesar de la técnica de movimiento y mi mejor físico, me lleva mucha ventaja. La formación es grande. No sé si me dará tiempo antes de estar a la vista del vigilante.

De reojo, veo que Fen Huan sigue frente a Zhi Ru. Con el arma alzada. Impidiéndole moverse. Pero no lo ataca. Y no porque tenga piedad. Está esperando que yo coja a su hermano.

Si su hermano escapa, habrá un testigo. Si la secta tiene pruebas, el asesinato de un estudiante es un asunto serio. Podemos decir que me ha intentado matar. Es la verdad. Pero sería su palabra contra la nuestra. Sería realmente demasiado arriesgado acabar con Zhi Ru. A pesar de lo que ha hecho.

Por ello, no podemos dejar testigos. Tengo que atraparlo. Antes de que sea tarde. Y matarlos a los dos.

Trastabilla pero no se cae. Lástima. Pierde algo de tiempo. Pero no estoy seguro de que sea suficiente.

Sin dejar de correr, invoco a Rayitas cuando ya no pueden verme. Estaba durmiendo. La he llevado con las chicas cuando he empezado a correr. Para que la despierten.

–¡Cógelo!– señalo a Zhi Mu.

Ella se queda un instante parada. Al haber aparecido en un lugar inesperado. Pero reacciona enseguida. De un salto, empieza la carrera. No tarda en recuperar el terreno perdido. Me sobrepasa. Corre hacia él.

Se acerca rápidamente. Como una exhalación. Alcanzando su punta de velocidad. Calcula fácilmente el momento exacto. Para saltar sobre él. Derribarlo.

–¡Aaarrghh! ¡Noooo!– grita él, sorprendido, aterrado.

Lo inmoviliza con sus garras. Traspasando su piel. Aunque sin matarlo. Esperando mi orden. Todo el entrenamiento de las chicas ha valido la pena. Liang estará orgullosa de su pupila.

–Bien hecho– la felicito.

La acaricio con una mano. Con cariño y agradecimiento. Ella frota su suave mejilla peluda contra la mía. La suya es más grande. Sus bigotes me hacen cosquillas.

Con la otra mano, cojo el bastón para golpear la cabeza de nuestro enemigo. Luego la devuelvo. Y le pongo a Liang en la mano un trozo de la carne preferida de la tigresa. Además de indicarles que el peligro ha pasado. Aunque estén todavía alertas.

Respiran aliviadas. Y miman a Rayitas. No saben qué ha hecho. Pero sí que he pedido que le den un premio. Así que Liang le da de comer. Y la demás se ponen a acariciarla. Quizás también para calmarse. Su suave pelaje es relajante.

Mientras, yo vuelvo con Fen Huan. Arrastrando el cuerpo inconsciente de Zhi Mu. Ella asiente. Sonríe ferozmente a Zhi Ru. Que alza un hacha con la mano que le queda.

–¿¡Qué vas a hacer!? Sabrán que has sido tú, que tú estabas fuera. Más te vale dejarnos ir– amenaza, aterrado.

–¿Crees que no sé cómo funciona? Si te has atrevido a venir a matarlo, es porque no está registrado que has salido. Has sobornado a alguno de los vigilantes. O conoces un paso no vigilado. La razón no importa. Si no encuentran tu cadáver, nadie sabrá qué ha pasado– ella responde. Acercándose. Añadiendo qi al arma.

Él se ha quedado pálido. Intenta defenderse. Pero si ya no era su rival antes, ¿cómo lo va a ser con un brazo menos, herido de gravedad, sangrando?

Intenta detener el ataque. Pero el arma se divide en dos. Una se encuentra con el hacha. A la que supera. Empujándola hacia atrás. La otra le corta el cuello por el lado de su brazo amputado. Su cabeza rueda hacia atrás. Su cuerpo decapitado cae sin vida.

Yo le rompo el cuello a Zhi Mu. Ya no es necesario mantenerlo con vida.

La barrera desaparece. Me acerco. Ella me mira.

–¿Estás bien?– me pregunta preocupada.

Quiere examinarme. Pero la detengo. Poniéndole un dedo en la barbilla. La obliga a alzar la cabeza. A mirarme a los ojos. Acerco mis labios.

Ella se sorprende por un momento. Aunque acepta mi beso. Con pasión. Sus armas desaparecen en su anillo. Me abraza.

–Gracias Huan'er. Me has salvado– le sonrió cuando nos separamos.


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