La Boutique Belle era un edificio de dos pisos pintado en una elegante combinación de plata y oro. Las ventanas de cristal transparentes ofrecían un vistazo del acogedor interior del lugar. La puerta corredera automática, el piso alfombrado rojo y las paredes pintadas de color crema gritaban lujo.
Asombrada por el glamour que rodeaba el lugar, entré lentamente, sintiendo cómo los tacones de mis estiletes se hundían en la mullida alfombra.
—Bienvenida a la Boutique Belle —Una suave voz femenina me saludó. Desvié la mirada del suelo, levanté la cabeza y vi a una mujer pequeña con brillantes ojos avellana y una amplia sonrisa en la boca.
—Hola —Saludé cordialmente, esperando que Claire me siguiera después de estacionar correctamente el coche en el área de estacionamiento.
—¿En qué puedo ayudarte, señorita? —Preguntó cortésmente. La dulce sonrisa en sus labios se ensanchó. Con un tono curioso, añadió:
— Te ves familiar. ¿Nos hemos encontrado antes?