—Cane, creo que realmente necesitas descansar primero —Jace miró al alfa y estaba muy preocupado por su condición. Acababa de despertar después de meses de estar inconsciente. Debe haberle pasado factura a su cuerpo, viendo cómo sus heridas aún no habían sanado.
Sin embargo, lo primero que hizo al abrir los ojos fue buscar una manera de lidiar con la situación. El beta se sentía tan inquieto, temiendo que su condición empeorara. Podía ver el impacto de su presencia en la moral de los guerreros.
Si caía, ellos perderían la esperanza de nuevo. Jace sabía muy bien lo atroz que era que te dieran esperanza solo para después quitártela, dejándote en una miseria aún más profunda.
—¿Dónde están ellos? —Cane ignoró la preocupación de Jace. No quería esperar en absoluto. La había hecho esperar durante meses.
—¿Ellos? ¿Quiénes? —Jace se giró y observó a todas las personas que habían seguido a Cane hasta aquí.