"Caña pasó horas observando a su compañera durmiente, mientras muchas cosas revoloteaban en su mente. Acarició su cabello, sus mejillas, su nariz, sus labios, sus hombros y su estómago...inseguro de qué esperar.
Y cuando la besó en los labios, Iris se despertó, abrió los ojos somnolienta.
—¿Te desperté? —Caña mordisqueó su cuello e Iris gimió de placer. Lo atrajo más cerca de ella e instintivamente inició el sexo, como solía hacer últimamente. Lo deseaba aún más en estos últimos días.
Esta vez, Caña lo hizo con cautela, le costó mucho esfuerzo no perder el control ni por un segundo y lastimarla. Habría un momento en que estaban en los apuros de la pasión que no podría contenerse y lastimaría involuntariamente a Iris, aunque no duraría mucho antes de que recuperara el control de sí mismo, pero no podía permitirse eso esta vez.
Porque, ¿qué pasaría si…?