Iris podía entender por qué la niña pequeña se negaba a ir antes de que rescataran a su hermano mayor, quien estaba enterrado bajo los escombros de una casa. Nadie se dio cuenta de esto y del hecho de que el espíritu de su hermano mayor no estaba entre las personas que murieron, lo que indicaba que todavía estaba vivo en este momento.
—Mi hermano... —el espíritu de la niña pequeña seguía señalando una casa en ruinas. Se sentó en el regazo de Iris con cara triste—. Mi hermano....
—¿Hay algo mal, luna? —preguntó Eron—. Estoy preocupado al ver tu expresión tan turbada.
Intentó echar un vistazo dentro del carruaje, pero no pudo encontrar nada que pudiera haberla contrariado.
—¿Puedes llamar a algunos guerreros? —preguntó Iris, giró su cabeza hacia Eron—. Hay un niño pequeño enterrado bajo esa ruina. Creo que todavía está vivo.
Eron parpadeó con confusión. Ella había estado sentada allí y el alfa ni siquiera le permitió salir, pero ¿cómo podía saber ella sobre eso?