—¿Qué harías si él jurara lealtad a ti? Con tanto poder en tus manos, ¿qué harías? —Caña le preguntó a quemarropa.
—¿Qué puedo hacer con tanto poder? —Iris le preguntó de vuelta—. Si crees que quiero recuperar esta manada, puedo asegurarte que eso no está en mi mente. Ni siquiera sé qué hacer con mi vida, mucho menos con una manada entera.
Caña no dio ninguna respuesta a su declaración y Iris encontró difícil tener una conversación con él cuando tenía una conversación consigo mismo en su mente.
—¿Puedo saber qué harás con dos manadas en tus manos? —Iris preguntó con cautela—. Algo acerca de él la intrigaba, quería saber más sobre él.
Caña no convirtió a todas las personas en la manada de la Luna Azul en esclavos como lo hizo su padre. Para ser honesta, de lo que Hanna le contó, la gente de la manada de la Luna Azul en realidad lo prefería más como su alfa incluso aunque él solo había asumido el cargo un poco más de cuatro meses atrás.