Caña solo necesitaría a Aria para el placer, solo para satisfacer sus deseos carnales y por una razón más en el pasado, por la que lo hizo solo con Aria.
Desde que el alfa Gerald le escaldó sus partes íntimas vertiendo aceite hirviendo sobre ellas, tuvo problemas para satisfacer sus necesidades. Era una tortura pura cuando se excitaba tanto y no encontraba una forma de obtener su liberación.
Su falo estaba mal cicatrizado y aunque todavía podía funcionar como hombre, se necesitaba un trabajo extra para satisfacerlo, especialmente cuando no solo buscaba placer, sino también dolor.
La cama crujía en voz alta cada vez que Caña se adentraba en ella. Agarró sus caderas con fuerza, hasta que sus uñas se incrustaron en su piel, haciéndole sangrar.
—Argh… —Aria gritó cuando Caña golpeó su parte íntima y la hizo jadear, sintió el dolor, pero también placer. Él estaba dentro de ella y había pasado mucho tiempo. Extrañaba este momento con él.