—El barco volador se movía a través de la profunda oscuridad del Cielo Abajo, escoltado por catorce demonios de piedra. Con un océano de llamas ardiendo abajo y la vastedad del vacío por encima, parecía que navegaban a través del purgatorio.
—Noctis se encontraba en los remos de dirección, encorvado, con el rostro pálido y oscuros círculos debajo de sus ojos —narraba el anciano—. No parecía estar demasiado bien, pero su mano se mantenía firme mientras controlaba el barco.
En la cubierta superior, las Muñecas Marineras se preparaban para la batalla. Estaban moviendo ballestas de madera a su posición y cargándolas con pesados pernos, con un motor de asedio especialmente temible colocado en la proa. Los pernos mismos no eran tan simples. Sus superficies estaban talladas con runas, las cuales brillaban con esencia del alma almacenada y rebosaban de poder.