Sunny pasó un tiempo en un abarrotado vagón de un tren público. Dado que los vehículos de transporte personal eran escasos, costosos y requerían una licencia especial del gobierno para comprar, la mayoría de las personas en la ciudad utilizaban el transporte público para moverse. Los trenes magnéticos, generalmente llamados simplemente tranvías, eran la forma más barata y popular de hacerlo.
Durante su tiempo en las afueras, Sunny rara vez tenía razón para usar uno, pero cuando lo hacía, la gente no le prestaba atención. A veces incluso se esforzaban por no notarlo.
Pero ahora, las cosas parecían haber cambiado. Sunny tenía los ojos cerrados, observando el vagón a través de la sombra en caso de que hubiera peligro. No lo había... sin embargo, se sorprendió al notar que la gente, especialmente las mujeres jóvenes, le lanzaban miradas curiosas de vez en cuando.
—Vaya... ¿Se está mostrando la Serpiente del Alma? —pensó Sunny.