El conductor luchó por mantener el coche estable.
—¿Qué está pasando? —La voz de Benjamin se elevó por encima del caos, expresando su confusión y preocupación.
—Las llantas están pinchadas —dijo el conductor con aprensión.
El coche perdió el equilibrio y se salió de la carretera, chocando con una roca en el borde del acantilado. El golpe sacudió a Cristóbal, haciendo que su cabeza chocara con el cristal de la ventana y lo desorientara momentáneamente.
Mientras tanto, la roca desprendida comenzó a deslizarse hacia el abismo de abajo.
—¡Tenemos que salir del coche de inmediato! —gritó el conductor.
Se saltó antes de que Benjamin y Cristóbal pudieran entender nada. Debido al movimiento, la roca continuó deslizándose hacia abajo. El peligro inminente se aclaró cuando el coche se tambaleó al borde del acantilado, deslizándose más hacia abajo.