"Zumbido-zumbido…
El teléfono vibraba continuamente.
El estado de ánimo de Cristóbal estaba empeorando mientras miraba su chaqueta en el asiento trasero. Asumió que nadie los molestaría, pero olvidó que su teléfono estaba cerca y podía sonar en cualquier momento.
Lo mismo había sucedido esa mañana.
Apretó sus dientes con irritación.
Un golpecito en su pecho le hizo bajar la mirada hacia ella.
—Revisa tu teléfono. Quizás es de la oficina.
Asintió e introdujo su mano en el bolsillo del abrigo para conseguir el teléfono. Cuando vio el nombre de Brad, su irritación se intensificó.
—Brad… —molió sus dientes, deseando castigarlo.
—Hola... —Sin embargo, presionó el botón de contestación.
—¿Dónde estás, hombre? —Escuchó a Brad gritar—. Dijiste que volverías pronto. Han pasado más de una hora desde que te fuiste. ¿Has olvidado la reunión con los inversores? Tu tío te estaba buscando.