En la mente de Layla había muchas ideas diferentes en ese momento, pero la principal era la acción que debía realizarse para tener un bebé en primer lugar. Durante todo el tiempo en que Quinn estuvo ausente, ella había rechazado estar con alguien, rechazado tener citas, así que para ella todo era nuevo.
El hecho era que, aunque ella y Quinn habían pasado por muchas cosas en el pasado, no habían tenido citas y lo más que habían hecho juntos fue un simple beso. Es por eso que se preguntaba, ¿de dónde había sacado Quinn la confianza para decir esas palabras?
—Quinn, espera un segundo, ¿sabes lo que estás diciendo ahora mismo? —Respondió Layla, con sus cuernos poniéndose rojos brillantes.
Quinn dio un paso adelante, mirando a Layla, levantó suavemente su mano y tocó el lado de su cara.