El grupo le hizo al hombre tantas preguntas como pudo, pero, como era de esperar, fue en vano. No podía recordar nada, así que no tenía forma de responder a sus preguntas. Aun así, su situación particular les recordaba mucho a cómo estaban Kazz y Fex cuando los encontraron por primera vez.
Sin embargo, lo más extraño fue cómo el hombre ni siquiera podía recordar cómo había terminado en su celda. Incluso después de decirle que dos chicas lo habían traído aquí, no desencadenó nada en su cerebro. Silver esperaba que al menos pudiera describir lo que había visto en su uniforme, pero todo fue en vano.
—¡Espera, ¿a dónde vas? ¿No me vas a liberar?! —Gritó mientras el grupo seguía su camino.
—Si lo hiciéramos, los demás sabrían que estuvimos aquí. ¿Has perdido tu sentido común además de tus recuerdos? —Silver le preguntó con dureza.