Los dos cuerpos permanecían tendidos en el suelo. Logan esperaba que en cualquier segundo se levantaran, pero no se movían. Su mente se había quedado en blanco. Sentía que los engranajes en su cabeza de repente dejaron de girar, no podía pensar y su mirada seguía fijada en ellos.
Sus ojos se nublaban y notaba un nudo en la garganta. A través de sus ojos llorosos, ni siquiera estaba seguro de si eran realmente ellos.
Su cuerpo se movía más y más cerca de ellos, y entonces, sin duda alguna, lo confirmó. Esas eran las caras de su mamá y papá. Cayó al suelo; no respiraban y, a juzgar por el olor ligeramente desagradable, habían estado muertos durante un tiempo.