—Nunca fui un líder y mi rango actual solo sirve para darme autoridad. Tú, en cambio, empezaste de la nada. Has tenido una carrera sobresaliente y el ejército confía tanto en ti que van a poner innumerables vidas en tus manos.
—El Sargento Tépper cree que eres capaz de enseñar a otros a proteger sus vidas y las de los civiles, y yo también lo creo.
—Deberías estar orgulloso de ti mismo. Sólo no dejes que se te suba a la cabeza. Cada vida que tus cadetes salven será gracias a ti, pero también lo serán las que pierdan. —dijo Lith.
—Gracias. —Vipli enderezó sus hombros.
Las palabras de Lith eran más que cumplidos. Escuchar los logros de Vipli de un compañero de armas le permitió poner las cosas en perspectiva. Lith era ciertamente más exitoso que él, pero eso no le restaba mérito a Vipli.
—Guarda los discursos para los reclutas, Cadete 1416. —dijo Tepper con un gruñido, llamando a Lith por su número de identificación de recluta—. Ellos lo van a necesitar.