—¿Eres físicamente más fuerte que un hombre normal y eso sería heredado?— preguntó Orión.
—Sí a ambas, pero-"
—¿Estás dispuesto a casarte con la familia Ernas, tomar nuestro apellido y tratar a Friya con el amor, respeto y lealtad que merece?—
—¿En serio?— Nalrond estaba atónito.
—Niño, ¡ya te dije que solo me respondas con un sí o un no!— Orión pinchó en el pecho de Nalrond, sus narices a milímetros de distancia.
Sus ojos ardiendo con un brillante mana violeta, la enorme diferencia de altura y el aura del padre enojado asustaron muchísimo a Rezar.
—Si ella me aceptara, me casaría con ella mañana pero-—
—¡Eres perfecto!— La expresión de Orión cambió de arriba a abajo mientras abrazaba a Nalrond y le daba palmaditas en el hombro. —Bienvenido a la familia.—
—¿No tengo voz en esto?— Nalrond y Friya dijeron, pero la boca de ella todavía estaba amordazada por Jirni, así que él fue el único que habló palabras inteligibles.