Solo le tomó un segundo salir de ese estado, arrodillándose a su nivel mientras apartaba la Camelia.
—¿Estás loca? Todos saben que no soy humano. Los Reales tienen el bate, la pelota y hacen las reglas, lo que ellos diganF se hace, se hace. Tú, en cambio, serías marcada como una traidora.
—Perderás tu trabajo, nunca volverás a encontrarte con Zinya, y todos te considerarán una loca que eligió casarse con un monstruo. Has hecho demasiados sacrificios y has pasado por demasiados peligros para tirarlo todo por un capricho.
—Mi familia ya ha perdido todo por mi culpa. No soporto la idea de que tú también nos sigas en nuestra miseria. —Dijo Lith.
—Tienes razón. Es mi vida y soy libre de hacer lo que quiera con ella. —Respondió Kamila, ofreciéndole la Camelia nuevamente—. Soy consciente de las consecuencias que implica mi elección, pero vine aquí de todos modos.