El runeo parpadeante pertenecía a la Marquesa Distar, la gobernante de la región Distar y la persona encargada de la seguridad de la familia de Lith. Lith respondió inmediatamente a la llamada, temiendo que algo malo pudiera haber ocurrido nuevamente.
—Es agradable verte, Lith. ¿Cómo estás? —Preguntó el holograma de la Marquesa.
Era una mujer en sus primeros cuarenta años, pero incluso con el poco maquillaje que llevaba, era difícil imaginarla un día mayor de treinta. Mirim Distar tenía una cara hermosa con grandes proporciones y ojos llenos de inteligencia y curiosidad.
Tenía el cabello marrón oscuro con rayas azules hasta la cintura y solo un broche para adornarlo. Era casi hipnótico mirarla cada vez que movía la cabeza. Llevaba un sencillo vestido de día azul pálido sin escote que, a pesar de su simplicidad, enfatizaba sus encantadores rasgos.
—¿Todo está bien? —Dijo Lith.