Volver a la mansión Ernas fue cuestión de minutos. Tan pronto como estuvieron lejos de los oídos de Elina, Orion explicó brevemente a Lith cómo el acto de asesinar a alguien había afectado a sus dos compañeros.
Lith solo escuchó, reflexionando sobre qué podía hacer con respecto a su estado mental. La situación parecía no tener esperanza.
Cuando salieron por los últimos Pasos de Distorsión, Jirni Ernas los estaba esperando. La sorpresa dejó a Orion congelado el tiempo suficiente como para permitir que ella tomara la iniciativa.
—Querido Lith, he oído mucho sobre ti. Soy la duquesa Jirni Ernas. Es un placer conocerte. Creo que nuestro encuentro ya se tardaba mucho. —Le hizo una reverencia antes de ofrecerle su mano derecha.
Al presentarse ella misma primero, la dueña de la casa le había dado un gran honor. Era una situación realmente inusual, a la que sólo había una respuesta posible.