Mientras las manos de Scarlett se enfriaban y comenzaban a temblar, la realidad de la situación se asentó: no había bebé. La decepción y el miedo se infiltraron, especialmente sin saber cómo dar la noticia a Xander.
—D-Doctora... T-Tiffany... Se lo ruego, ayúdeme. Por favor, encuentre una manera de asegurar que mi bebé pueda seguir creciendo—,suplicó, temblando su voz al no poder contener las lágrimas.
—Lo siento mucho, Scarlett... Ojalá pudiera darte una respuesta diferente, pero no puedo—, dijo Tiffany con disculpa, con una expresión llena de ternura. —Entiendo lo desgarrador que esto debe ser para ti. Sin embargo, es importante recordar que todavía eres joven. Muchas mujeres que han enfrentado un óvulo vacío tienen embarazos exitosos más adelante en sus vidas. Estoy segura de que tu oportunidad llegará también...—