Brian empujó la puerta y entró. El tenue olor a pólvora, sangre y una extraña sustancia irreconocible llenaba el aire.
Inconscientemente frunció el ceño y encendió las luces. La sala parecía estar bien, así que llamó a su número otra vez.
Brian pudo escuchar el teléfono sonando desde la habitación interior pero nadie contestó. Sintiéndose extraño, caminó hacia la puerta de la habitación interior y la empujó lentamente para crear una pequeña abertura. No quería irrumpir si ella estaba adentro. En el momento en que lo hizo, el olor a pólvora y sangre se hizo más intenso.
El corazón de Brian se hundió mientras abría la puerta con fuerza y entraba.
—Hermana mayor... —llamó suavemente, su voz tenía un toque de miedo.
Dio un pequeño paso hacia adelante como si su zapato estuviera lleno de barro. "¿Her– —Hermana mayor?" —volvió a llamar pero aún no había respuesta. Justo cuando dio otro paso, su pierna golpeó algo y tropezó. Mirando de cerca, se dio cuenta de que era ¡UN HUMANO!